La salida de Álex de la Iglesia calca el despido de Guardans. Ahora es Carlos Cuadros el que hace el trabajo sucio de la ministra. En política no hay amigos ni enemigos, sólo intereses. Las frases redondas son así: no dejan ni heridos ni rehenes; simplemente cortan la respiración. Algo de ello debe saber la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, que en sus dos años al cargo ha conseguido saldar cada una de sus acciones más vistosas con un bonito y exquisito cadáver, antes "amigo".
Comentarios
Que grande este parrafo:
El sistema de proceder siempre es el mismo. Primero, alguien, definido en público como "amigo", "gran amigo" o "cómplice", se encarga de remover la cuestión y, claro está, poner la cara con el único objetivo de que se la partan. Mientras, en la retaguardia, la ministra espera paciente hasta que el campo amanece lleno de cuerpos sin vida.
Adivinad qué dos directores de cine español no van a contratar el día de mañana a cierta guionista-ministra...
...y por mucho que haga lo que digan, EEUU tampoco la contratará para Hollywood