La creencia en el destino se enmarca dentro del esquema mental explicativo “metafórico” de otras ideas humanas (como creer que las flores “quieren” luz o que nuestra casa nos conoce), según un estudio. No hay por tanto un entramado neuronal único que nos haga creer que todo se rige por un propósito sobrenatural, sino que la fe en el destino surge de la misma estructura mental que otras creencias paranormales generadas por la mente humana...
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quien lo diría...