Debo aclarar, antes que nada, que desde hace más de 75 años, soy hincha de ese deporte. Pero pienso que no darse cuenta de la uso ideológico y político del Mundial de fútbol por el capitalismo, es dar prueba de enorme superficialidad y gran ingenuidad. Porque el fútbol hace décadas que dejó de ser un deporte para transformarse en un negocio que mueve centenares de miles de millones de dólares y en herramienta de propaganda política para obtener aunque sea una momentánea unión nacional detrás de los gobiernos.
Comentarios
Falta añadir "El Fútbol es un invento masónico creado para que los esclavos se mantengan conformes y aletargados mientras sus amos los explotan".
Viva la cultura y pensamiento de panfleto.
#2 Pues a mi la importancia y cobertura que se da a este deporte me parece exagerada. En los informativos la sección de deportes (el fútbol especialmente) se come por tiempo a otras, como la de sucesos internacionales por ejemplo.
El fútbol es un deporte mundialmente conocido y de eso, se aprovechan los gobiernos y mucho mas en tiempos de crisis. Te imaginas por un momento que en lugar de eso, dieran reportajes sobre escuelas de filosofía, de ciencia o arte? la cantidad de horas que se dedica a este deporte a lo largo de un año es simplemente abismal (Liga, champions, UEFA, mundial, partido pachanga, etc.)
A mi me gusta ver un mundial o ciertos partidos, pero esa saturación futbolística le hace mas mal, que bien al pensamiento crítico de la masa.
#3, la masa, como tú dices, se distraería igual si en vez de fútbol le pusieran marujeo o cualquier otra cosa fácil de digerir. El problema no es el fútbol, es la masa. Para cualquier persona con un mínimo de inquietudes, ver un partido de fútbol no es una distracción para el resto de sus problemas. Yo siempre digo que al final todo es un problema de educación, si tuviéramos un sistema educativo capaz de hacer a las personas pensar por sí mismas, 24 horas de fútbol al día no serían ninguna distracción.
Pues las dos cosas, alienado es quien se quiera dejar alienar.
Yo veo el mundial y acto seguido me cisco en el PSOE y en el PP y hago (en la vida real) lo que está en mi mano para cambiar el mundo.
Lo que sí está comprobado es que todos aquellos que permanecen fijos en las pantallas de la bolsa, preocupados o alegres según vayan los índices, vuelven la cabeza en cuanto alguien grita ¡GOOOOOL!. Sin remedio.
Más opio para el pueblo.