Unas 400 toneladas pintadas de blanco se posaron sin levantar el polvo del suelo. Pese a su volumen, 73 metros de largo por 80 de envergadura, cayó del cielo como una pluma. Le sobró la mitad de la pista. El avión de pasajeros más grande del mundo, el Airbus A380, aterrizó ayer a las once y media de la mañana en Son Sant Joan, el primer aeropuerto español donde toma tierra