El santuario 'Save the Chimps' pasó casi una década rehabilitando chimpancés que habían pasado su vida en laboratorios de experimentación, transportándolos luego a un nuevo santuario en Florida.
No mucho después de su nacimiento, Moesha fue arrebatada de los brazos de su madre para ser llevada a un laboratorio, donde pasaría su vida siendo víctima de la experimentación con fines médicos.
Moesha fue una chimpancé con suerte, sobrevivió. Otros no tuvieron tanta suerte. Tres de los chimpancés que se encontraban en el Coulston Foundation murieron cocinados vivos, literalmente, cuando la temperatura del recinto en el que se encontraban se elevó a 140 grados Fahrenheit (60ºC).
En 2002, autoridades federales descubrieron el severo maltrato al que estaban siendo sometidos 265 chimpancés en las instalaciones médicas de Coulston Foundation en Alamogordo, New Mexico. Cuando el laboratorio perdió su financiación y se fue a la quiebra, un equipo de expertos por el bienestar animal intervino para ayudar a los chimpancés.
Con la ayuda de una subvención de unos 3.7 millones, Save the Chimps compró el establecimiento y empezó a convertirlo en un santuario temporal para los animales hasta que pudieran construir otro santuario al aire libre y al descubierto en Florida.
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Vídeo: http://edition.cnn.com/video/#/video/us/2012/04/20/pkg-zarrella-chimps-retire.cnn?iref=allsearch
No mucho después de su nacimiento, Moesha fue arrebatada de los brazos de su madre para ser llevada a un laboratorio, donde pasaría su vida siendo víctima de la experimentación con fines médicos.
Moesha fue una chimpancé con suerte, sobrevivió. Otros no tuvieron tanta suerte. Tres de los chimpancés que se encontraban en el Coulston Foundation murieron cocinados vivos, literalmente, cuando la temperatura del recinto en el que se encontraban se elevó a 140 grados Fahrenheit (60ºC).
En 2002, autoridades federales descubrieron el severo maltrato al que estaban siendo sometidos 265 chimpancés en las instalaciones médicas de Coulston Foundation en Alamogordo, New Mexico. Cuando el laboratorio perdió su financiación y se fue a la quiebra, un equipo de expertos por el bienestar animal intervino para ayudar a los chimpancés.
Con la ayuda de una subvención de unos 3.7 millones, Save the Chimps compró el establecimiento y empezó a convertirlo en un santuario temporal para los animales hasta que pudieran construir otro santuario al aire libre y al descubierto en Florida.
Hombre, mejor están no cabe duda. ¿pero podrían, si lo estimaran conveniente y chano chano, llegar hasta Arkansas?