Hace 12 años | Por ninonano a pymesyautonomos.com
Publicado hace 12 años por ninonano a pymesyautonomos.com

Cuando un estrepitoso sonido nos avise de que hemos topado con el suelo giraremos la llave y el candado quedará reposando en el suelo con su desgastado brillo dorado. En la persiana metálica solo quedará como testigo un papel con el epitafio: “cerrado por defunción”. Algunas personas crecen engañadas pues aunque el trabajo nos ayude a comer, a tener un techo y a conservar o aumentar nuestros lujos no nos ayudará a respirar ni nos enseñará a vivir, esa es la verdad.

Comentarios

r

buena reflexión, gracias por compartirla.