Alguien pensó que no importaba perder en calidad y en placer de lectura con tal de que pudiera leerse en el panel de la cafetera. Nos han engañado: lo que manejamos no son libros electrónicos, sino textos volcados en un aparato con un software más rudimentario que el panel de una cafetera doméstica. Nadie nos ha explicado aún por qué esto es así. Hubiera sido más honesto que nos hubieran hablado de dispensadores de texto, en lugar de e-books o e-readers.
Comentarios
Voto errónea, ya que no todos los ereaders tienen esos problemas de tipografía, que es de de lo que
se queja el autor, llevando el grito al cielo.
El hecho de que no haya material bien maquetado no quiere decir que tengas que arremeter contra la plataforma (el e-reader) sino contra la falta de material oficial y de calidad que se ofrece.
Exactamente lo mismo que con la difusión de contenido audiovisual en formato no-físico, fíjate tú, pero supongo que es más facil echarle la culpa al ereader.
Y para información del escritor: si busca placer de lectura y con ello quiere decir "poner la tipografía y aspecto que a mi me gusta", que sepa que la mayoría de estos cacharros le permite elegir una tipografía que el quiera y tenga instalada en su equipo.
Aprovecho y hago un quote de una parte la entrada:
"El lector decide tamaño, tipo de letra, se hace su libro a medida”… ¡cielos! Estamos hablando de arte, de cultura, de placer… la gente no quiere pintar encima del Guernika, quiere disfrutarlo tal cual es."
O sea, que dice que precisamente que una de las MEJORES cosas de un ereader (poder modificar el aspecto de la fuente, cosa que ayuda mucho a gente con problemas visuales o que lo hace más agradable) es una putada y nadie lo quiere, ¿no?
Otro ludita que no tiene ni idea de lo que habla
Si hay algo más triste que ser ignorante, es encima presumir de ello.