Hace 14 años | Por --4302-- a lavanguardia.es
Publicado hace 14 años por --4302-- a lavanguardia.es

El 17 de octubre de 2003 Gonzalo Sánchez de Lozada renunció a la presidencia y huyó de Bolivia tras sangrientas revueltas populares provocadas por el mero hecho de anunciar que exportaría gas natural a través de un gaseoducto que pasaría por Chile, enemigo histórico de este país desde que perdió la salida al mar en la guerra del Pacífico. Seis años después de que en esta capital se gritara "ni una molécula de gas para Chile", Evo Morales suplica a la presidenta Michelle Bachelet que Chile le compre gas, piedra angular de la economía boliviana.

Comentarios

Wilder

Enemistades estupidas entre pueblos hermanos.

alecto

#1 Yo creo que es más que eso... Si el país que dice que me garantizará el suministro no lleva a cabo las obras e inversiones que deben garantizarlo, yo -poniéndome en el lugar del otro país- me veré obligado a buscar alternativas. Y el día en que el primero espabile, no habrá a quién venderle.

En pocos años Bolivia ha pasado de ser el potencial centro energético continental a un país poco relevante; los vecinos Brasil, Argentina y Chile han hecho grandes inversiones en plantas para importar de otros mercados gas natural licuado (GNL). De esta manera pueden prescindir de un suministrador poco confiable.

Vamos, que creo que olvidaron que además de nacionalizarlo e ingresar al Estado pasta fresca, tenían que gestionarlo y gastarse parte de esa pasta en mantener el negocio vivo.

b

#2 Efectivamente no pueden esperar nacionalizar todas las empresas extranjeras rentables y que siga invirtiendo gente. A partir de ahora ninguna empresa querrá invertir en Bolivia sin garantías jurídicas extraordinarias. Que no se van a dar.

El caso es que Bolivia es pobre. Muy pobre. Y los típicos salvadores de la patria populistas han hecho que Bolivia pierda otro tren para el desarrollo. La riqueza del gas no se pierde vendiéndola si se hace a buen precio. Se pierde si se deja de explotar porque Bolivia lo que necesita no es tanto energía como es educación, infraestructuras e industrias que creen trabajo de calidad.

O

Yo he viajado dos veces a Chile y puedo decir que, al menos allí, no les tienen en muy buena consideración. A parte de un patriotrismo realmente exacerbado, lo cual no ayuda ni mucho menos.

Supongo que pasará lo mismo en Bolivia.