La nueva regulación bancaria sobre recursos propios acordada el pasado domingo, y que aún debe ser ratificada por los 27 países reunidos y, sobre todo, por el G-20 en su próxima cumbre, parece haber satisfecho tanto a bancos como a las cajas de ahorros españolas. Pero no todos están contentos del todo con el resultado.
Una cosa es cierta. Por fin se ha establecido un compromiso político por el que se reconoce que los actuales requisitos de recursos propios exigidos a las entidades financieras es un importante paso adelante para tratar de evitar o minimizar futuras crisis financieras.
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Una cosa es cierta. Por fin se ha establecido un compromiso político por el que se reconoce que los actuales requisitos de recursos propios exigidos a las entidades financieras es un importante paso adelante para tratar de evitar o minimizar futuras crisis financieras.