[c&p] Un día, los austriacos lanzaron un terrible ataque que desbarató por completo las filas lideradas por Federico el Grande. Las balas silbaban con tanta insistencia en torno al rey de Prusia que uno de sus generales, Serbelloni, intentó calmarlo diciéndole: -_Tranquilo_ señor, ¡solo son moscas! Pero el monarca le matizó: -_Sí,_ pero éstas son de las que pican.