Hay un ser despreciable, que se hace llamar "artista" porque deja morir de hambre a un perro en un museo de arte contemporáneo. Tal persona se llama Guillermo Vargas Habacuc, un costarricense que en agosto de este año hizo una exposición en una galería de Managua (Nicaragua). El objeto de su obra era perro callejero al que ató con una cuerda a una de las paredes del local, dejándolo morir de hambre y sed. Lo que no me explico es cómo los allí presentes, no cogían y desataban al perro, yo lo hubiera hecho sin dudar, aunque me echaran a patadas.