Hace 13 años | Por pozeaniko a blogkarate.com
Publicado hace 13 años por pozeaniko a blogkarate.com

Uno de los momentos más singulares de la historia olímpica y por supuesto de la historia del Judo es la victoria del holandés Anton Geesink sobre el japonés Akio Kaminaga en la final de la categoría open de los Juegos Olímpicos de Tokio 1964. Al final del vídeo, cuando el árbitro da por concluido el combate, podéis ver como Geesink pide a su equipo que no entre en el tatami para celebrar el triunfo, conservando así una exquisita etiqueta, en un gesto entonces muy apreciado por los japoneses.

Comentarios

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Me ha parecido una historia curiosa, y trasteando un poco por ahí he encontrado algunas anecdotas posteriores, bastante poco agradables por cierto...

"El judoka nipón Akio Kaminaga, perdió en Tokio 1964 la final ante el holandés Anton Geesnik, y su paisano Suburaya quedó tercero en el maratón. Ambos se suicidaron dos años después avergonzados por decepcionar al Emperador."

"La derrota del judoca Akio Kaminaga en los juegos de Tokio 1964 supuso tal vergüenza en el país que varios de sus compatriotas se suicidaron. Dos años más tarde lo hizo el propio Kaminaga."

Estos dos textos sacados de: http://peluche.blogcindario.com/2008/08/01367-juegos-olimpicos.html

Edito: Aunque según Wikipedia Kaminaga no se suicidó, murió de cancer en 1993... seguiré trasteando...

"Aquel combate mantuvo a su alrededor una leyenda que hablaba de que Akio Kaminaga se había suicidado haciéndose el hara-kiri por la vergüenza que le había provocado la derrota, algo que Anton Geesink se encargó de desmentir. «No se suicidó, sino que murió a consecuencia de un accidente, según me han contado en Japón», afirma.

Geesink es el único judoka vivo que posee el 10º Dan -la máxima distinción-, desde 1997, por su contribución al deporte y en especial al yudo, siendo desde 1987 miembro del Comité Olímpico Internacional. Ha sido condecorado con la Orden del Sagrado Tesoro Rayo de Oro por el Gobierno de Japón."

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Toma ya, un blog de kárate. La de cosas que se cuentan ahora en Internet gracias a los blogs. Solo por ese long tail ya merece la pena el meneo