Publicado hace 13 años por jovenlibertad a agosto.libertaddigital.com

En la actualidad la industria cinematográfica estaba dando palos de ciego ante el desafío tecnológico que significa la irrupción de Internet. La red digital se ha transformado en una gigantesca red social en la que el intercambio de archivos conteniendo música, libros o películas se ha convertido tanto en un hecho como en un derecho: el derecho a la solidaridad cultural, es decir, a la puesta en común entre los ciudadanos digitales de todo el contenido cultural para su disfrute y aprovechamiento universal.