Los hielos eternos del glaciar más alto de Alemania, ubicado en el Zugspitze (2.962 metros), fueron tapados con lonas para evitar el contacto directo con los rayos solares y frenar los deshielos. La medida protectora, que ya había sido puesta en práctica con éxito en los últimos años, contempla la colocación de unos 6.000 metros cuadrados de lona.
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Mal vamos si hay que echarle un toldo a las montañas