Es que hay "adioses" y "adioses", y por lo visto éste era uno de esos "adioses". No hay más que ver la cara de machirulo heteropatriarcalopresor del vigilante para darse cuenta de que el "adiós" que le dirigió a la señorita -"adiós" que nadie le había pedido, añado- iba cargado de dobles sentidos e intenciones lubricolascivas que cosifican y someten a las mujeres.
Y el encargado es otro machirulo por intentar defender (injustificadamente) al agresor verbal. Pero claro, que se puede esperar del colectivo opresor sino corporativismo y apoyo mutuo.
Comentarios
Es que hay "adioses" y "adioses", y por lo visto éste era uno de esos "adioses". No hay más que ver la cara de machirulo heteropatriarcalopresor del vigilante para darse cuenta de que el "adiós" que le dirigió a la señorita -"adiós" que nadie le había pedido, añado- iba cargado de dobles sentidos e intenciones lubricolascivas que cosifican y someten a las mujeres.
Y el encargado es otro machirulo por intentar defender (injustificadamente) al agresor verbal. Pero claro, que se puede esperar del colectivo opresor sino corporativismo y apoyo mutuo.
#1 Efectivamente: castración química para uno y quirúrgica para el otro YA
Esta tía es gilipollas.