No es algo que hayamos elegido, aunque de haber podido seguro que hubiéramos tomado la misma decisión. Es algo inherente al hombre. Y día tras día la televisión pincha nuestra burbuja sin miramientos haciéndonos sentir sucios y despreciables. Sí, el efecto devastador de los anuncios de compresas en los hombres. En vuestros padres. En vuestros jefes. En vuestros novios.