Hace 7 años | Por Hindenburg a yorokobu.es
Publicado hace 7 años por Hindenburg a yorokobu.es

Allá por 1628, en pleno siglo de Oro de la literatura española, Francisco de Quevedo se hizo esta pregunta: «Podemos vivir sin los dos ojos de la cara, ¿pero podríamos vivir sin el ojo del culo?»