Hace 10 años | Por xam a importanciacapital.com
Publicado hace 10 años por xam a importanciacapital.com

A menudo las historias más lejanas son las que te despiertan los recuerdos más próximos. Al escuchar la historia de Hachiko no pude evitar acordarme de Tarzán, un perro callejero de Aspe, mi pueblo, del que muchas veces había oído hablar a mis padres o mis abuelos. Al contrario que Hachiko, Tarzán no tenía dueño y, siguiendo la lógica de aquella posguerra alicantina, lo que no era de nadie podía ser de todos. “Todo la gente lo quería”, me contó mi padre cuando traté de rascar información para poder escribir esta entrada.