Hace 6 años | Por Cachopín a m.elcultural.com
Publicado hace 6 años por Cachopín a m.elcultural.com

Es célebre el comienzo de la carta que el 7 de febrero de 1914 le escribió Proust a su editor Jacques Rivière: “¡Al fin encuentro un lector que intuye que mi libro es una obra dogmática y una construcción!”. Pero más importancia tiene quizás la misiva previa -la que motivó la respuesta de Proust-, que está perdida: en ella el editor, secretario de redacción de la Nouvelle Revue Française (el importante entonces era él, no Proust) le insufló a Proust una confianza decisiva para la continuación de su inabarcable proyecto literario.

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