Hace 9 años | Por --333292-- a directa.cat
Publicado hace 9 años por --333292-- a directa.cat

La Directa entrevista a Albert Arias, en plena redacción de una tesis doctoral sobre los efectos del turismo en Barcelona analizando los efectos de las nuevas tecnologías en el turismo como AirBnB en pleno debate sobre los pisos de uso turístico en la ciudad.

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TRADUCCIÓN.


Inmerso en una tesis doctoral sobre cómo se construye un destino turístico, Arias ha escogido la Villa de Gracia como caso de estudio. Hay conversamos.

En el marco de tu tesis doctoral has hecho un estudio sobre Airbnb en Barcelona. ¿Qué conclusiones has sacado?
Airbnb es una plataforma web que facilita el contacto entre dos particulares. Lo que pasa es que hay una gran diferencia entre el relato que hace la marca y la realidad. Mediante su discurso experiencial y del buen rollo, lo que está haciendo es reproducir unas prácticas que apenas se empiezan a regular por su impacto negativo sobre la ciudad. Me refiero a las Viviendas de Uso Turístico (HUT). La plataforma ha permitido que se extienda la práctica de acoger alguien en casa alquilando darle una habitación. Ahora bien, su discurso ofreciendo al turista la posibilidad de vivir con autóctonos y como un autóctono no se sostiene mucho cuando encontramos que en la web se ofrecen 7.000 pisos enteros y que, además, se trata de una tipología de vivienda concreta, con una semiótica muy marcada. Lo que me parece preocupante no es su existencia sino que haya una regulación urbanística que quiera prohibir esto y que se intente colar como otra cosa.


Cuántos camas tiene Airbnb en oferta en Barcelona y cuál es su distribución territorial?
En cuanto sólo los pisos que se alquilan enteros, se estiman unos 25.000 camas, que es una tercera parte del total de plazas que ofrecen los hoteles. Si sumamos las camas individuales, suponen casi la mitad del volumen de las plazas hoteleras. Territorialmente, el 60 por ciento de la oferta está repartida entre Ciutat Vella y el Eixample derecho y la mitad de los barrios de Barcelona acaparan un 96 por ciento de las plazas. Además, hay una gran correlación con las cifras de hoteles y HUT legales. Así que la empresa vende que ayuda a redistribuir los beneficios del turismo, pero en realidad está concentrando la oferta allí donde ya está sobresaturada. Todo esto son estimaciones, porque no tenemos datos. Airbnb es una caja negra. No sabemos quién está detrás de cada piso ni la dirección exacta, pero queda claro que no se hace responsable del cumplimiento del marco legal del alquiler. Sólo hace de mediador. Se lleva un 12 por ciento de las transacciones y tributa todo en la zona franca de Dublín. Por lo tanto, lo que está obteniendo Airbnb de la extracción de la renta urbana que producimos socialmente, nosotros no vemos nada.
"Hay una gran correlación entre las cifras de hoteles y Viviendas de Uso Turístico legales: Airbnb vende que ayuda a redistribuir los beneficios del turismo, pero en realidad está concentrando la oferta allí donde ya está sobresaturada"


Cómo nace este fenómeno?
Está muy ligado al paradigma de la economía colaborativa, en la idea de aprovechar las cosas que están infrautilizadas.



La idea parecía buena ...
Visto de manera aislada, no hay nada de malo a acoger gente en tu casa, pero esto no sucede en medio del desierto. Estamos hablando de Barcelona, una ciudad muy congestionada por el turismo. Y cuando se están poniendo sobre la mesa unas regulaciones bastante restrictivas sobre los HUT, no vale que lo disfrazamos de otra cosa para esquivar las leyes. Se está generando un problema, no sólo porque aumenta la oferta turística, sino también porque distorsiona el mercado de la vivienda. Desde la perspectiva del derecho de acceso a la vivienda, es un alquiler potencial menos. El coste de oportunidad de poner un piso en alquiler en la modalidad tradicional es muy alto, porque puedes sacar tres o cuatro veces más ofreciéndolo en alquiler para estancias cortas. La rentabilidad de este ha incitado unas inversiones desbocadas. Por ello, en los centros de las ciudades, estamos experimentando un encarecimiento del alquiler de la vivienda que no debería darse en época de recesión.

El Barrio Gótico ha perdido un 40 por ciento de su población en los últimos siete años. Parece evidente que, desde el punto de vista del interés general, debemos pensar como nutrirlo de personas que vivan permanentemente. La práctica cotidiana que se genera habitante un espacio de forma permanente es muy diferente de la que se genera con una transitoriedad constante. Por lo tanto, hay un impacto en el mercado inmobiliario, sobre todo en el de alquiler, y otro en la convivencia en los edificios donde están coexistiendo estos usos diferentes.



Allí donde tú ves un conflicto con el interés general, muchos hablan de democratización de los beneficios del turismo y del ejercicio de un derecho legítimo como propietario. Parece difícil refutar este discurso.
Es difícil, en parte, porque hay una ingeniería de la opinión pública muy potente por parte de Airbnb. Ahora están utilizando un relato que dice que ellos los propietarios a llegar a fin de mes. La empresa no hace ninguna distinción en su relato 'buenista' entre aquellos que alquilan una habitación del piso donde viven y aquellos que compran una vivienda por alquilarlo. Sin embargo, encontramos que hay muchos propietarios que tienen varios inmuebles en alquiler en la web. Entonces, habría que revisar el discurso de ayudar a llegar a fin de mes. Si alguien tiene dificultades para mantener la vivienda, puede compartir piso, que es lo que siempre se ha hecho. Alquilar una habitación por períodos cortos mediante Airbnb no deja de ser un ejercicio rentista que no se fiscaliza. Ahora bien, si sales con el discurso que la riqueza de un país tiene que depender del trabajo y no de la renta, la mitad de la gente ni te entiende, porque el lenguaje marxista se ha perdido. El valor de un barrio, el paisaje que se genera, también lo creamos la gente que hacemos cosas cotidianas y no puede ser que se la apropie sólo aquel que lleva a cabo prácticas rentistas. Para que el turismo beneficie a todos debe haber una redistribución fiscal. Si no, es una extracción privada de un valor que se produce socialmente.
"El valor de un barrio, el paisaje que se genera, también lo creamos la gente que hacemos cosas cotidianas y no puede ser que se la apropie sólo aquel que lleva a cabo prácticas rentistas"

¿Qué medidas crees que se pueden implementar para evitar que el monstruo turístico engulla Barcelona?
No creo que haya un leviatán que nos esté fagocitando, sino más bien muchas prácticas muy pequeñas. Y esto es una suerte, porque enfrentando a un monstruo grande tenemos todas las de perder. En cambio, desmontar este fenómeno en piezas y ver qué hacemos sí es factible. Yo creo que no tenemos que hablar de turismo, más bien le deberíamos dar un enfoque de derecho de acceso a la vivienda. Las prácticas de Airbnb, entre otros, no compiten en el mercado turístico sino en el mercado residencial, que es mucho más débil. Por lo tanto, cualquier acción que se tome no debe ser contra el turismo sino a favor del derecho a la vivienda.


Pero el turismo tiene un impacto en otros aspectos aparte del de la vivienda.
Sí, pero pienso que se está sobrevalorando todo lo que conlleva el turismo. Hacer políticas públicas en su contra en una ciudad donde el 14 por ciento del PIB depende me genera dudas. Sin embargo, si este turismo virtual el desgranamos en las prácticas concretas, sí hay medidas que se pueden aplicar, pero tiene que haber la voluntad política. En el caso concreto de las viviendas turísticas, primero, rastrear los que son ilegales, ya desde la web, y empezar a poner sanciones. Y, después, hacer una valoración de la actividad y de las molestias causadas. También hay que premiar a la gente que lo hace bien. Estoy seguro de que el sector de los apartamentos turísticos les conviene, esto, porque ahora están criminalizados. Es necesario que esto se convierta en prioridad. De la misma manera que existen los planes de usos para evitar que la actividad crezca, debe haber algún mecanismo que sea más estricto en el control de la actividad que ya existe.
"Cualquier acción que se tome no debe ser contra el turismo, sino a favor del derecho a la vivienda"

¿Cómo valoras la emergencia de movimientos como Gracia, hacia donde vas? o Fem Paral·lel, que reclaman la participación ciudadana en la definición del uso del espacio público y el urbanismo?
Me parecen unos foros espectaculares, donde se mezclan personas con diferentes perfiles y trayectorias. Pero creo que a veces la parte simbólica se come la parte más práctica: el discurso tapa las necesidades pragmáticas. En este sentido, está muy bien hablar de la gentrificación, pero al final es un ejercicio retórico que sólo sirve para visualizar que estamos de acuerdo, mientras que lo que es importante es el plan de usos, que es un documento muy técnico. También creo que habría que mirarlo todo desde una óptica menos turística.


Los objetivos de estos colectivos van más allá de la cuestión turística. Se trata del modelo de ciudad.
El concepto "modelo de ciudad" no me gusta mucho, tampoco, porque parece que sea algo que se pudiera concebir: hay detrás de la idea del demiurgo que mueve los hilos. Yo creo que muchas cosas se convierten de forma más fortuita, aunque también haya de inducidas. Yo creo que hablar de modelo de ciudad es también un ejercicio retórico. Podría decir "quiero un modelo de ciudad más justo, responsable y sostenible", pero eso es lo mismo que dice Xavier Trias. Así que prefiero hablar de cosas concretas a hacerlo de modelos.


Pasando a cosas concretas, qué te parece el proyecto de hotel en la torre Deutsche Bank?
Esto es un pelotazo urbanístico de un fondo de inversión internacional que lo único que quiere es especular. No hay nada de turismo aquí. El turismo es la excusa para seguir ejerciendo prácticas rentistas y especulativas con el suelo urbano. Si no permitimos estas prácticas, que son malas no porque sean turísticas sino por sí mismas, tenemos mucho más que ganar. Habría que redirigir la inversión pública y no continuar enfocando a favorecer los intereses de las clases más acomodadas. Estamos destinando el dinero público a dar valor a las cosas que ya t

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#1 Muchas gracias, un detallazo =)

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La costa nostra, la nostra banca, il nostro san pancracio, etc, tutto e nostro.