A lo largo de la Historia, las mujeres hirsutas han sido consideradas como bárbaras, salvajes o con un deseo sexual indomable. Mientras que las que eran dibujadas sin vello representaban el estereotipo de una mujer irresistible a la que venerar. Muestra de ello son la obras de la época del Renacimiento con las ‘Venus de Urbino’ de Tiziano o el ‘Nacimiento de Venus’ de Bottichelli.
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