Hace 8 años | Por IAI a revistadelibros.com
Publicado hace 8 años por IAI a revistadelibros.com

Podemos despierta pasiones encontradas, filias y fobias, simpatías incondicionales y animadversiones viscerales. En este pequeño trabajo cartografiaremos las fobias, utilizando como pretexto un breve ensayo del profesor Gaspar Ariño donde se recogen buena parte de los argumentos esgrimidos contra el partido de Iglesias.

Comentarios

D

Poner la hoz y el martillo a un partido que reniega de la izquierda y abraza el “transversalismo” me parece que está fuera de lugar.

D

Cuando he leido Felipe Gonzalez he dejado de leer!! Este tipo no podia ser de otro ppartido. Siempre son los mismos los que echan mierda.
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Gaspar_Ariño_Ortiz

IAI

#3 Es un artículo que enumera las críticas comunes al discurso de Podemos. ¿Cómo podría faltar Gonzalez?

D

¿Agenda oculta? Ya bastante miedo me mete el programa en si mismo.
¿Consecuencias imprevistas? Bastante miedo me dan las previsibles.
¿Futilidad? Llamadlo hipocresía y doble moral.

IAI

Es un artículo largo, pero interesante porque sintetiza todas las críticas que suele recibir Podemos. También el mismo autor advierte:

A muchos de los amables lectores que me han acompañado hasta aquí no se les habrá escapado que, en realidad, mi descripción de las retóricas de la reactividad son variaciones de una partitura conocida, la que radiografía fabulosamente Albert Hirschman en Las Retóricas de la Intransigencia. La traducción de esta obra al español a partir del título original en inglés (The Rhetorics of Reaction) induce una cierta confusión, que a veces impide sacar pleno partido a las posibilidades analíticas de sus argumentos. En la obra, Hirschman advierte que esas retóricas son comunes en la reacción conservadora a iniciativas progresistas, pero no son propiedad exclusiva de una «marca» ideológica. Los argumentos que he examinado aquí son bastante trasversales en el discurso de rivales políticos de Podemos, provengan de donde provengan. Es más, con cautela y respeto, me atrevería a decir incluso que, en función del peso de cada una de las líneas retóricas en sus trabajos, es posible reconocer casi siempre a un intelectual conservador (predominio de la retórica del riesgo), liberal o socioliberal (de la retórica de la perversión), o socialdemócrata (de la retórica de la futilidad)