Los soldados corrientes desarrollaron cada vez más antipatía e incluso odio hacia sus propios oficiales. Simultáneamente, empezaron a sentir empatía e incluso simpatizar por los hombres que se enfrentaban a ellos en el otro lado de la tierra de nadie, pronto descubrieron que tenían mucho en común con “el enemigo”, primero y sobre todo un trasfondo social de clase baja, y segundo, la misma exposición al peligro y la miseria.
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https://www.filmaffinity.com/es/film530746.html
Para una agradable tarde navideña junto a la burbuja familiar
Para ejemplo de la camaradería y buenrollismo que se crearon, tenemos a Hitler y al resto de oficiales prusianos que pusieron el marcha la blitzkrieg.