Ustedes van a leer un montón sobre Mayo del 68. Sí, sí, pueden creerme. A los malos plumillas, y yo soy de los peores, nos encantan las fechas redondas. Traen la historia hecha, no sé si me explico. Así que eso, se van a cansar de conocer vida, obra y milagros de Cohn-Bendit, de Sartre, de Mitterrand («una revuelta de estudiantes vagos», llegó a decir, el muy masón). Se empacharán con las soflamas un poco horteras, un poco cursis, que se pintaron en París.
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Medio AEDE
Lo más raro que hubo en Inglaterra ese 1968 fue el partido de fútbol entre el Barrow y el Plymouth, que ganó el primero gracias a un solitario gol de Ivan Robinson. Nada destacable, si no fuese porque Mr. Robinson era el árbitro.
Ahí jugaba, también, Luciano Re Cecconi, que cayó muerto en la joyería de un amigo a principios de 1977. Re Cecconi pretendió gastarle una broma, así que entró en el establecimiento con la cara cubierta y gritando «manos arriba, esto es un atraco». Apenas pudo ver los dos tiros de escopeta que le segaron la vida. Aquello era Italia en los setenta.
En Abril del 68, en Madrid, fué un ensayo del Mayo francés. Huelga en la Universidad. Los grises con la Ciudad Universitaria tomada. Es curioso, no dejaban entrar en las Facultades, para que los estudiantes no se encerraran, y lograban manifestaciones automáticas con todos en el bulevar. Palos con las porras a granel (hasta a los profes desconcertados) y los grises sabían dar. Pintadas y eslóganes en el pavimento ....