Hace 6 años | Por ccguy a temporamagazine.com
Publicado hace 6 años por ccguy a temporamagazine.com

Eran muy pocos los que cuestionaban las bases mismas de la Iglesia a comienzos del siglo XVI. En toda Europa, el imperio de la fe no tenía parangón y su sede madre, Roma, era el único faro guía. Allí residía el representante de Dios en la tierra, el papa, que desde la silla de San Pedro sujetaba las riendas de la Iglesia católica. Sus deseos eran incuestionables, su voluntad respetada y su ira temida por todos. La pena de excomunión revoloteaba como una sombra sobre todos los que cuestionaran los designios papales.

Comentarios

soundnessia

The king

M

" ... Carlos V, junto con el nuncio papal, decretó el Edicto de Worms: Lutero era declarado un hereje y un criminal, y absolutamente nadie podía leer sus escritos." y eso continuo en españa durante 400 años con la secta haciendo y deshaciendo ... y así estamos.