Hace 6 años | Por --550559-- a labrujulaverde.com
Publicado hace 6 años por --550559-- a labrujulaverde.com

Giges era un pastor al servicio del rey de Lidia que, en medio del pandemónium formado por un temporal y un terremoto, vio cómo se abría una gran grieta en el suelo por la que descendió. Bajo tierra halló un caballo de bronce hueco con un cadáver en su interior; éste tenía un anillo de oro en un dedo. Giges se lo quitó y corrió a reunirse con los demás pastores sin imaginar los prodigios que vendrían.

Comentarios

oso_69

"La conclusión de Glaucón es que no hay hombres justos ni injustos, pues todos pueden corromperse si se les presentara la misma ocasión que a Giges, ya que “nadie es justo de grado, sino por fuerza”. Es más, Glaucón da muestras de una asombrosa contemporaneidad política al añadir que “si hubiese quien, estando dotado de semejante talismán, se negara a cometer jamás injusticia y a poner mano en los bienes ajenos, le tendrían, observando su conducta, por el ser más miserable y estúpido del mundo”."

Sin embargo la hipocresía -y la envidia- nos empuja a negarlo y criticar a aquellos que tienen la oportunidad de hacerlo y la aprovechan.

Daráptica

#1 No estoy de acuerdo: creo que habría personas que no se corromperían aunque tuvieran ese anillo. Todos, a nuestro nivel, tenemos oportunidad para hacer cosas mal sin que nadie se entere (en esas ocasiones es como si lleváramos el anillo de Giges puesto) y, en esas ocasiones, muchos optan por hacer lo que es debido.

Maddoctor

Sabía lo del anillo en la mitología merovingia pero no de Platón. Qué curioso cómo las mismas cosas surgen en lugares dispares con mayor o menor probabilidad de contacto, como lo del diluvio.

leporcine

#3 no creo que surjan de manera espontánea, sino que son mas bien ideas que se propagan y se van transformando según el intérprete desde el principio de los tiempos