Publicado hace 9 meses por Pilar_F.C. a conversacionsobrehistoria.info

Hace cinco años nació por estas fechas el blog que durante un año llevó el nombre de De Re Historiographica. Una de las primeras publicaciones, el 30 de agosto de 2018, fue Josep Fontana: la vocación de la historia (una entrevista desconocida de 1998), dos días después de su fallecimiento, que se reproduce de nuevo ahora.

Comentarios

Joseph_Nash

Es una entrevista de “nicho” y curiosamente es la paradoja de la misma o una parte de su contenido, sus reflexiones se alejan del gran publico. Yo carezco y nunca llegare a la formacion de J. Fontana, pero siempre he tenido presente el enorme elitismo que existe en el desempeño del estudio historico y su poca viabilidad social, menos su puesta en valor. Obviamente no es una cuestion inherente a ese ambito, pero es curioso como el conocimiento historico que se genera en tal o cual investigacion no pasa de ahi, es decir, se limita a circulos muy reducidos y no aporta nada a nivel social ( economico, cultural etc ). Asimismo el desempeño de la historia en cuanto a obras publicadas se limita a temas muy concretos y lugares comunes repetidos por doquier. Es obvio que existe un “gran publico” que desea llegar a la historia, pero cuando lo que ofrecemos son los mismos temas y enfoques es complicado que haya un cambio en ese aspecto. Yo creo que un historiador deberia ser mas util que para reconstruir un relato oficial o llegar al gran publico, el problema es que ni sabemos hacerlo ni interesa, tristemente. PD Se abordan mas cosas en las entrevista, pero es que tengo debilidad por esa cuestion y el resto son mas complejas, demasiado pronto para ir mas alla 😅

FatherKarras

¿Para qué sirve la historia?

O sirve para ayudar a entender mejor el nexo social o no sirve para nada. Porque nadie vive fuera de un entorno histórico; el problema es cuando ese entorno está formado por mitos elementales, por prejuicios difundidos de sectores [de] empresarios [sic], o por esa “pedagogía histórica” que usan los políticos para conmemorar aniversarios, canonizar santos laicos o erigir estatuas. No hay un mundo ausente de historia: vivimos en estados-naciones que son realidades históricas y la función de la historia para los miembros de la comunidad nacional es la construcción de una memoria colectiva, de la misma manera que un individuo lo es en función de su memoria, y cuando la pierde deja de ser él mismo. Toda nación tiene una memoria colectiva y funciona de acuerdo a ella. La fabrica con retazos de grupos, de costumbres, de pueblos y, entre otras cosas, también de una serie de tergiversaciones. Por eso el papel del historiador es darle sentido de realidad y ordenarlo en función de los proyectos colectivos.