En el siglo XVIII un pescador local llamado Ferrandino descubrió una abertura en el acantilado del promontorio del cabo Caccia, al noroeste de la isla de Cerdeña, a unos 24 kilómetros de la ciudad de Alguer. Se acercó con su barca y trepó por las rocas hasta la entrada de lo que resultó ser un singular complejo de cuevas casi al nivel del mar. Tienen una longitud total de unos 4 kilómetros, aunque solo unos pocos cientos de metros están abiertos al público (la visita dura unos 45 minutos). En su interior hay formaciones calcáreas (...)
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La cueva es bastante bonita aunque nada que envidiar a algunas que tenemos en España.
En este vídeo se aprecia mejor por si a alguien le puede resultar útil la info