En 1968, Gran Bretaña sufría una profunda crisis, no sólo política −el Imperio Británico había desaparecido con motivo de la descolonización y el gobierno laborista de Harold Wilson era incapaz de estabilizar el país−, sino también financiera.
En España sirvió como campaña publicitaria para el rey saqueador y para recordar que los militares franquistas seguían en sus puestos. Gran Bretaña prosperó y España les sirve las cervezas y recoje la basura que dejan sus turoperadores.
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En España sirvió como campaña publicitaria para el rey saqueador y para recordar que los militares franquistas seguían en sus puestos. Gran Bretaña prosperó y España les sirve las cervezas y recoje la basura que dejan sus turoperadores.