Publicado hace 1 año por News333 a cuadernoshispanoamericanos.com

«Yo no puedo hablar de mí como un angelito del cielo», dice. Del fraile no supo más nada. La última vez que lo vio era una sombra cayendo por las escaleras del edificio. Él lo empujó y salió corriendo para nunca más volver. Tenía 14 años y no era la primera vez que se metía en líos. Primero intentando quemar el colegio desde el sótano con un compañero. Después, haciendo de la justicia algo propio cuando sintió en su cuerpo cómo ese fraile le tocaba en un piso alto casi desierto.