A Woody Allen le gusta repetir una vieja ecuación atribuida a Lenny Bruce, la idea de que comedia es igual a tragedia más tiempo. Sin embargo, cuanto más tiempo pasa de su tormentoso último divorcio (y de la acusación de pederastia formulada por Mia Farrow y sostenida por dos de sus hijos adoptivos, Dylan y Ronan Farrow), esa íntima tragedia familiar que empezó hace ya dos décadas se vuelve más amarga, ácida y lastimosa.
Comentarios
Hace tiempo leí creo que por aquí una larga carta de Moses Farrow en la que pintaba una imagen muy muy desquiciada de Mia Farrow.
Está claro que hace falta más tiempo.