Las infidelidades conyugales de los famosos siguen despertando el morbo popular. Es un hecho que, además, vienen acompañadas de un severo castigo social. Pero, ¿qué justificación tiene ese castigo? Una mirada en profundidad a la mentalidad que subyace bajo las reacciones causadas por estas informaciones sobre la intimidad ajena.
En España la infidelidad tambien esta muy mal aceptada socialmente, pero con los años te vas dando cuenta que es bastante mas comun de lo que parece, y lo que mas me cabrea, lo que dan charlas de moralidad y al final acaban engañando a sus parejas.
Es cierto que en Japon la infidelidad masculina y la femenina se juzgan de forma distinta y veo justificable llamarle a eso sexismo. Llamarle desprecio a la mujer, en cambio, lo veo muy exagerado. Nadie lo ve así en Japon.
Japon es una sociedad muy hipócrita. La infidelidad matrimonial es lo habitual. No diré que es lo que hace todo el mundo, pero poco le falta. Mientras no se sepa y nadie diga nada, no es problema. Lo que es imperdonable es que lo digas.
En el caso de los famosos están los paparazzi que en Japon son de lo más bestia. Son auténticas hienas carroñeras capaces de acosar a su objetivo día y noche durante meses (o años) para poder encontrarle algo. Luego comercian con ello (¿si no lo publico, qué me das a cambio?).
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En España la infidelidad tambien esta muy mal aceptada socialmente, pero con los años te vas dando cuenta que es bastante mas comun de lo que parece, y lo que mas me cabrea, lo que dan charlas de moralidad y al final acaban engañando a sus parejas.
Es cierto que en Japon la infidelidad masculina y la femenina se juzgan de forma distinta y veo justificable llamarle a eso sexismo. Llamarle desprecio a la mujer, en cambio, lo veo muy exagerado. Nadie lo ve así en Japon.
Japon es una sociedad muy hipócrita. La infidelidad matrimonial es lo habitual. No diré que es lo que hace todo el mundo, pero poco le falta. Mientras no se sepa y nadie diga nada, no es problema. Lo que es imperdonable es que lo digas.
En el caso de los famosos están los paparazzi que en Japon son de lo más bestia. Son auténticas hienas carroñeras capaces de acosar a su objetivo día y noche durante meses (o años) para poder encontrarle algo. Luego comercian con ello (¿si no lo publico, qué me das a cambio?).