Hace 3 años | Por Asther a lignumenroma.blogspot.com
Publicado hace 3 años por Asther a lignumenroma.blogspot.com

«El patrón tenía la obligación de recibir a sus clientes en su casa para despachar o para ayudarles. Cuando éstos carecían incluso de lo necesario para comer preparaba una cesta con víveres, “sportula”. En ocasiones, para evitarse molestias, les obsequiaba con un donativo monetario el día de su visita».