Publicado hace 3 años por --641639-- a blogdebibliofilia.blogspot.com

En un conocido relato bibliófilo cuenta Charles Nodier que cierto Teodoro, su protagonista, llevaba siempre un artilugio diseñado para medir con extrema precisión la longitud de las ediciones elzevirianas. La explicación de tan gran exactitud se encuentra en las peculiares características de muchas de las series editoriales impresas por la oficina que fundó en 1587 Lodewijk Elzevir en Leiden y que continuaron sus numerosos descendientes.