Hace 1 año | Por japego a abc.es
Publicado hace 1 año por japego a abc.es

A principios del siglo XIX, tres regimientos rojigualdos fueron obligados a participar en la invasión rusa junto a la 'Grande Armée' gala

Comentarios

Ka0

La campaña de Rusia explicada en la mejor infografía de la historia.
En el título del mapa se lee en francés:
Mapa figurativo de las pérdidas humanas sucesivas del ejército francés durante la campaña rusa de 1812-1813.
Dibujado por M. Minard, Inspector General de Puentes y Caminos en retiro. París, 20 de noviembre, 1869.

El número de hombres está representado por el ancho de las zonas coloreadas a razón de un milímetro por cada diez mil hombres; además están escritas en números en cada zona. El rojo [ahora marrón] designa los hombres que entran en Rusia, el negro, aquellos que la dejan. —— La información utilizada para la elaboración de este mapa ha sido extraída del trabajo de M. M. Thiers, de Segur, de Fezensac, de Chambray, y del diario inédito de Jacob, farmacéutico del ejército desde el 28 de octubre. Para facilitar la valoración visual de la disminución del ejército, he asumido que las tropas del príncipe Jérôme y del mariscal Davoust que se habían separado en Minsk y Moguilev y se han vuelto a juntar cerca de Orcha y Vitebsk, han marchado al mismo tiempo que el ejército.

La escala se muestra a la derecha en «lieues communes de France» (leguas comunes francesas), que equivalen a 4444 metros.

La porción inferior del gráfico se debe leer de derecha a izquierda. Muestra la temperatura ambiental durante el regreso del ejército desde Rusia, en grados bajo cero en la escala de Réaumur (para convertir a grados Celsius, se debe multiplicar por 1,25 P.ej.: −30°R = −37.5 °C). La temperatura en Smolensk era de −21° Réaumur el 14 de noviembre.

El_empecinado

"Y entonces hay como un trueno largo y sordo que retumba en el flanco derecho, y los doce escuadrones de caballería se extienden por la llanura mientras ganan velocidad, y los artilleros rusos que empiezan a espabilarse, Popof, mira lo que viene por ahí, esa sí que no me la esperaba, tovarich, la virgen santa, nunca imaginé que tantos caballos y jinetes y sables pudieran moverse juntos al mismo tiempo, nosotros tan entretenidos tirando al blanco con ese batallón de mierda cuando lo que se nos venía encima era esto otro, a ver esa pieza, apunta que las cosas van a ponerse serias, mira como grita ahora el capitán Smirnoff, con lo tranquilo y contento que estaba hace sólo cinco minutos, el hijoputa. A ver esas piezas de a doce, apunten, fuego. Dales caña, Popof. Dales, que mira la que nos cae.

Total. Que los artilleros rusos cambian de objetivo y empiezan a arrimarle candela a Murat y sus muchachos, y el primer cañonazo va y arranca de su caballo al general Fuckermann y lo proyecta en cachitos rojos sobre sus húsares que van detrás, ahí nos las den todas, pero hay muchas más, raaas-zaca, raaas-taca, y ya corren caballos sin jinete adelantándose a las filas cerradas de los Arturo Pérez-Reverte La sombra del Águila escuadrones, bota con bota y el sable extendido al frente mientras suena el tararí tararí, y los húsares sujetan las riendas con los dientes y empuñan en la mano izquierda la pistola, y los coraceros con destellos metálicos en el pecho y la cabeza, con boquetes redondos que se abren de pronto en mitad de la coraza y todo se vuelve de pronto kilos de chatarra que rueda por el suelo, tiznándose de hollín y barro mientras sigue el tararí tararí y Murat, ciego como un toro, sigue al frente del asunto y está casi a la altura del 326, húsares por la derecha, coraceros por la izquierda y allá en su frente Estambul, o sea, Moscú, o sea, Sbodonovo, o sea los cañones rusos que escupen metralla como por un grifo. Y por fin llega, galopando a lomos de su caballo que va desencajado e imparable como una bala, cubierto de sudor y espuma, junto a las filas del heroico 326, y entre el humo y la velocidad ve fugazmente los rostros de esos valientes que lo miran boquiabiertos, socorridos en el último instante cuando libraban su último y heroico combate sin esperanza. Y a Murat, que en el fondo es tierno como el día de la Madre, se le pone la carne de gallina y grita, enardecido:

-¡Viva el 326! ¡Viva Francia!

Y todos sus húsares y coraceros, que ya rebasan al 326 por los flancos cargando contra los cañones rusos, todos esos jinetes rudos y veteranos que acuden a compartir el hartazgo de metralla que se están llevando los bravos camaradas del 326, corean con entusiasmo el grito de Murat y, a pesar de la que está lloviendo, saludan con sus sables a esos héroes bajitos y morenos, los fieles infantes del batallón español, al pasar junto a ellos galopando en línea recta hacia el enemigo. Y los del 326, mudos de agradecimiento, se ve que no encuentran palabras para expresar lo que sienten.

Y es que no hay palabras, Muñoz, quince minutos aguantando el cañoneo a quemarropa de los ruskis y, a punto de conseguirlo, justo en el momento en que bajas la bandera para sustituirla por la sábana blanca que llevas oculta en la casaca, con todos los compañeros acuciándote, date prisa, mi alférez, espabila que nos caemos con todo el equipo, suenan los trompetazos y Murat y mil doscientos franchutes aparecen cargando a uno y otro lado del batallón y encima pasan vitoreándote, los tíos, hégoes espagnoles, te dicen, camagadas y todo lo demás mientras acuden al encuentro de la metralla rusa, mira, lo positivo es que ahora tocaremos a menos cada uno, al repartir. Y todo el batallón que se queda de piedra viéndose en medio de una carga de caballería, y Murat saludando con el sable y su corneta dale al tararí tararí, de qué van estos fulanos, mi capitán, aquí hay un malentendido. Lo que está claro es que nos han fastidiado la maniobra, los gilipollas. Nos han jodido el invento. A ver quién es el guapo que deserta ahora, rodeado por mil doscientos húsares y coraceros que te dan palmaditas en la espalda. "


https://epdf.mx/la-sombra-del-aguila394a486ec5f3fb8f46e3d766c48a7bcc95049.html

El_empecinado

"La sombra del aguila", de Arturo Pérez Reverte.

"En el año 1812, en medio de una batalla entre las tropas de Napoleón y el ejército ruso en Sbodonovo, el batallón 326 de infantería del ejército francés que estaba formado por antiguos prisioneros españoles, decidió desertar y pasarse al enemigo. La maniobra fue contemplada por Napoleón desde la cima de una colina cercana y la interpretó erróneamente como un acto de inusitado valor, ordenando una carga de caballería dirigida por Murat en auxilio de los temerarios españoles."

https://es.wikipedia.org/wiki/La_sombra_del_%C3%A1guila

c

En el Beresina las tropas napoleónicas se dejaron burros y alforjas.... poco más de un siglo más tarde, a otro ejército germánico le pasó lo mismo en el Volga.