Todos conocéis a estos truhanes del lenguaje, a esos obsesos del jogo bonito del periodismo que exprimen cada frase como si fuera el solitario limón de un gin-tonic en una terraza abrasada por el asfalto y el sol. Podemos hablar de Jabois, Eduardo Suárez, Pérez Colomé, de maestros veteranos y sin embargo hambrientos como Martín Caparrós o de viajeros y cazadores de sueños y pesadillas como Nacho Carretero, Xavier Aldekoa o Ander Izagirre. Todos ellos disimulan sus orígenes. Sus padres son los que dicen pero no sus abuelos.
Comentarios
La detestable estirpe de los periodistas
poetas#1 La detestable estirpe de los periodistas
poetasvendidos.#2 No, si eso no hacia falta ponerlo. Ya todos los periodistas que quedan con trabajo están vendidos
#3 Hombre, yo diría que, por ejemplo, Ignacio Escolar y quienes trabajan con él no entran en esa categoría.