Hace 3 años | Por arrozconbacalao a xataka.com
Publicado hace 3 años por arrozconbacalao a xataka.com

Nuestros cerebros son enormes, gigantes. Siete veces más grandes de lo que deberían y, como consecuencia de ello, usan en torno al 25% de toda la energía que el cuerpo tiene para pasar el día. Fue entonces, sentada frente a la gráfica que mostraba la excepción humana, cuando se le ocurrió una solución: ¡la cocina!

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hubo que inventar las asas de las sartenes

skaworld

#1 Las sartenes llegaron en la edad de los metales, los estudiosos indican que antes se calentaban los alimentos sobre piedras calientes y es ahi donde el primer protoespañol descubrió que moverlos con un palo era mejor que achicharrarse el dedo.

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#2 en el fondo, el asa de una sartén es un palo

skaworld

#3 Protoespañoles meu, protoespañoles

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#2 Filloas a pedra. kiss

skaworld

#5 Teniendo en cuenta que ya he alcanzado otra vez las 3 cifras en la bascula, ese es un golpe bajo.... me esperan unos meses de andadura por el yermo páramo del insipido sabor.

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#6 Un poquiño de deporte y bajas volando...

skaworld

#7 La teoria me la se, la práctica me da asco a todos los niveles lol

V.V.V.

Al poder procesar la comida más fácilmente, podíamos comer más en menos tiempo, podíamos aprovechar mejor cada alimento: teníamos más tiempo para hacer todo lo que quisiéramos hacer y, entre ello, usar el cerebro de forma creativa. Un cerebro que, poco a poco, se iba haciendo más grande.



Se sabe desde hace décadas que cocinar la carne fue lo que hizo que las mandíbulas de los homínidos se redujeran (no necesitaban desgarrar carne cruda) y mejorara la salud en general (cocinar los alimentos hace que estos no tengan tantos patógenos). Cuando las mandíbulas se reducen, el cerebro tiene más espacio para desarrollarse y crecer. La reducción de patógenos también ayudó al desarrollo del cerebro.

Los homínidos eran unos monos asustadizos que se alimentaban generalmente de carroña, pequeños animales que pudieran cazar o pescar y de los vegetales que encontraran. Sin embargo la teoría de que la cocina reduce el tiempo de procesamiento de un alimento tiene bastantes agujeros. Ya que el tiempo que se ahorra uno digiriendo el alimento se emplea en llevarlo a un sitio donde puedas prender fuego, prendas el fuego, lo cocines y solo entonces está listo para comer. No hay una ventaja tan clara de tiempo, a pesar de que sí que es cierto que desde el punto de vista de la salud y la digestión es mejor y seguramente lo utilizaron porque a pesar de tener que procesar la comida, al final les sentaba mejor y les hacía sentirse más vigorosos y sanos.

#FreeAssange

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Y los sincebollistas son la excepción que confirma la regla.