Seis provincias de ese país son depósito de más de 6 millones de toneladas de residuos radiactivos. Los desechos se apilan al aire libre y contaminan aguas y tierras. Córdoba capital alberga tambores con restos de uranio. En Malargüe, lugar cordillerano de turismo premium, la basura atómica se acumula a 10 cuadras del centro de la ciudad.