Es muy probable que todos hayamos pasado por la pérdida de un allegado en los últimos tiempos. Y también es bastante probable que ese allegado tuviera una vida activa en Twitter, Facebook, Instagram… ¿Sabemos realmente cómo dar una buena solución, desde el punto de vista psicológico, a este aspecto? ¿Es preferible eliminar todo rastro de la persona por las redes sociales, o, por el contrario, es mejor aprovechar estas plataformas para rendirle un homenaje virtual?
Comentarios
Vivir para siempre y usar a Sandro Rey para chatear con el muerto