Desde las sociedades primitivas el hombre trató de curarse de las enfermedades empleando los productos que la naturaleza le ofrecía. En esos orígenes terapéuticos, la intención de esa farmacia simbólica y sagrada era apaciguar al dios o demonio causante de su enfermedad punitiva. Mediados por el brujo o el mago, se conciliaba estos productos con el rito y la magia, y no necesariamente basándose en la virtud curadora por sí misma de la planta escogida, mineral o animal.
Comentarios
Y siglos después, en las farmacias siguen vendiéndose remedios milagrosos (homeopatía, flores de Bach, etc...)
Carne de momia....
Que tiempos... me recuerda antes de la pandemia, cuando me inspiré en el movimiento "abrazos gratis" y me colaba en los geriátricos con mi campaña cunnilingus gratis