Patos metálicos que supuestamente digerían alimentos, flautistas de escaso repertorio o escritores sin cerebro son algunos de los autómatas que se crearon en el siglo XVIII. Sus inventores empleaban complejos mecanismos de relojería para dar movimiento a algunas de sus piezas. Estas curiosas máquinas tuvieron un papel fundamental en la automatización de la industria en Europa y en el origen de muchas preguntas relacionadas con la inteligencia artificial.
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En el Parque de Tibidabo hay un museo de autómatas
Los nuevos autómatas son los bots humanos de podemos que vigilan la red