El artefacto es una «estatera» o balanza romana de brazo móvil. A diferencia de una balanza de dos platillos, la estatera consiste en un brazo rígido con un punto de apoyo descentrado. En el brazo corto se colgaba el objeto a pesar, mediante un gancho o un platillo, mientras que en el brazo largo, graduado con una escala, se deslizaba un contrapeso hasta lograr el equilibrio. Este ingenioso diseño, basado en la palanca, permitía pesar objetos con precisión y era tremendamente portátil, lo que lo hacía ideal para comerciantes y mercados.