Un equipo de investigadores del Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa (CABIMER) y la Universidad de Sevilla ha descubierto que el momento del día en que se administra la radioterapia puede influir significativamente en la eficacia del tratamiento para ciertos tipos de cáncer. En un ciclo normal en humanos, la actividad de reparación alcanza su pico a primera hora de la mañana y luego disminuye progresivamente hasta el anochecer, tras lo cual esta eficiencia vuelve a incrementarse durante la noche.