Los humanos nos formamos creencias sobre todo lo que hay a nuestro alrededor y lo hacemos antes de evaluar su veracidad o racionalidad. Una vez formadas, pueden variar con la información nueva que recibimos, pero esta información nueva la procesamos de manera que sea coherente con nuestras creencias. Por eso nos cuesta cambiar de opinión. Las personas parecen considerar, implícita o explícitamente, su propia experiencia como un punto de partida razonable cuando se trata de juicios sobre los demás y no se ajustan lo suficiente.

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Disiento

Una vez formadas, pueden variar con la información nueva que recibimos, pero esta información nueva la procesamos de manera que sea coherente con nuestras creencias.


Ese es el principal argumento para evitar la catequesis antes de los 18 años.