Hace 2 años | Por jelzimoñac a elpais.com
Publicado hace 2 años por jelzimoñac a elpais.com

Hay un insecto diminuto con luz propia que las noches de verano se podía contemplar en el campo o en los pueblos pequeños. Ver bailar a las luciérnagas era magia pura. Ya no quedan apenas, las de por aquí se han muerto. Todavía puede disfrutarse de su danza de luz en lugares privilegiados donde hemos llegado pocos o no hemos llegado en masa.

Al menos en las especies europeas, son las hembras las que brillan (lo cual no nos sorprende), lo hacen para atraer a los machos. Pero lamentablemente, con las luces de los humanos estos se desorientan. La

Comentarios

Jakeukalane

Este verano vi una. No había visto ninguna en unos 15 años.

ingenierodepalillos

Venía a recordar a los que suelen desdeñar la contaminación acústica o lumínica que no tienen ni puñetera idea de biología, pero con cariño.