Las mujeres que vivimos solas en el campo estamos sufriendo violencia», dice Laura, que hace un mes tuvo que abandonar su casa después de que alguien entrara en su finca y le disparase a bocajarro a su caniche. Después del asesinato de Benito, Laura empezó a ver que sus otros perros vomitaban bilis y enseguida sospechó que algo malo les podía estar pasando do también.
«Las personas que tienen una irregularidad en su moral no pueden ir por ahí con un arma y matando», sentencia con el miedo aún metido en el cuerpo. «Yo estoy viviendo una situación de terror, ya no puedo estar sola; y hay muchos duelos dentro de esto. También está el duelo por mi propia vida, porque me tuve que ir con una mochila de mi casa, y mientras tanto el asesino está suelto. Es una persona maldita. Esa persona lo que quiere es echarme de aquí, de mi propia casa, igual que hay otras mujeres en España que están padeciendo lo mismo que yo. Hemos sido tres en tres semanas, dos en Asturias y yo. A una le quemaron la casa y a otra le cortaron los tendones a su perro y a mí me mataron de un disparo a Benito. Estamos desprotegidas. Las mujeres que hemos tomado la decisión de vivir solas en el campo estamos sufriendo violencia. Quien ha matado a Benito solo quiere que me vaya, pero me pudo haber matado a mí», concluye Laura, que ha sufrido en su propia piel un suceso que recuerda al de la famosa película As Bestas, pero esta vez, en Cambre.
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«Las personas que tienen una irregularidad en su moral no pueden ir por ahí con un arma y matando», sentencia con el miedo aún metido en el cuerpo. «Yo estoy viviendo una situación de terror, ya no puedo estar sola; y hay muchos duelos dentro de esto. También está el duelo por mi propia vida, porque me tuve que ir con una mochila de mi casa, y mientras tanto el asesino está suelto. Es una persona maldita. Esa persona lo que quiere es echarme de aquí, de mi propia casa, igual que hay otras mujeres en España que están padeciendo lo mismo que yo. Hemos sido tres en tres semanas, dos en Asturias y yo. A una le quemaron la casa y a otra le cortaron los tendones a su perro y a mí me mataron de un disparo a Benito. Estamos desprotegidas. Las mujeres que hemos tomado la decisión de vivir solas en el campo estamos sufriendo violencia. Quien ha matado a Benito solo quiere que me vaya, pero me pudo haber matado a mí», concluye Laura, que ha sufrido en su propia piel un suceso que recuerda al de la famosa película As Bestas, pero esta vez, en Cambre.
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