No tuve la suerte de conocer personalmente a Victòria Bertran, la doctora asesinada este martes por su excompañero sentimenal. Conozco a muchas otras víctimas de Alfons Quintà, mayoritariamente mujeres, que en las sucesivas empresas que dirigió sufrieron su acoso, su menosprecio y su misoginia. Quintà fue siempre un miserable. Hasta la muerte.
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#0 Ojo, AEDE.