La raíz de esta guerra comercial que sufrimos se debe a motivos religiosos, dice mi amigo Trevor. Trevor y yo nos conocemos desde que teníamos 23 años y éramos “Executive Trainees” en Citibank, justo al acabar la carrera. Nos conocimos en Londres, donde la institución había organizado un curso sobre medios de pago con ejecutivos novatos de varios países. Trevor continuó su carrera profesional en Citibank y pasó a ser “international staff”, trabajando en varios puntos del mundo.
Comentarios
Creo que el final del artículo define el riesgo real al que nos enfrentamos con las maniobras de Trump y su camarilla de tarados:
Y si Trump pretende así que China quede atrás, lo que va a conseguir es que se convierta en una macro potencia, cerrando acuerdos comerciales con los países no alineados y atrayendo al final a los alinedos también, porque no tendrán más remedio. Y entonces el mundo hablará en mandarín
#1 no es Trump es EEUU
#3 Pues un poco si, cuántos pantanos se han inaugurado últimamente?
#5 Afortunadamente ninguno, y digo “afortunadamente” desde la barra del bar. Por otro lado muchos herederos siguen dando la matraca con la “desustanciada” fórmula de los trasvases.
Trump (el trumpetas) no piensa, se deja llevar
La gran ventaja y a la vez maldición de China es su dictadura de partido. Los gobernantes occidentales gobiernan al día con vistas siempre al corto plazo electoral. China se puede permitir el lujo de hacer una política hoy de la que obtendrá sus frutos en veinte años. Y eso en un mundo tan interconectado es una ventaja brutal.
#2 ¿Como Franco?