Seid Visin llegó a Italia desde Etiopía cuando tenía siete años. No era uno de los muchos menores no acompañados que desembarcan en Europa cruzando el Mediterráneo. Su caso cumplía con todas las garantías legales. Había sido acogido por una familia de Nocera Inferiore, cerca de Nápoles. Como tantos otros chicos de su edad, su sueño era convertirse en futbolista. Y estuvo a punto de lograrlo. Jugó en las categorías infantiles del Benevento, un equipo de la región, y del todopoderoso Milan.
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En España se suicidan centenares todos los meses de los que nadie habla, desde niños a mayores, nadie habla de ellos, desde niños acosados a jóvenes en paro, a amas de casa, abuelos solitarios, pero llevamos unos días en el que alguien se está empeñando en que hablemos de un supuesto suicidio inducido por racismo en Italia. Ese es el guion, alguien quiere que sea superimportante este caso, los otros no importan una mierda, no sé quien paga a esta cosa como a otra que hay por ahí, pero se les nota mucho el plumero, los miles de suicidios que hay al año les importan una mierda, sólo este porque ven una posible conexión con el racismo, cagate lorito!