La memoria es la última defensa de la justicia. Sin ella, los asesinos quedarían impunes y los asesinados no podrían tener paz y recuperar su dignidad.
Han pasado 75 años y no hemos aprendido nada. Se multiplican los actos, las declaraciones más o menos pomposas y los intentos de utilización de las víctimas con fines partidistas y electorales. Somos incapaces de sentir desde el silencio, respetar la memoria. Tampoco somos capaces de frenar el renacimiento del lenguaje del odio, los actos de antisemitismo y el alza de las extremas derechas 2.0, primas hermanas de los fascismos de los años 30 del siglo pasado.
Aprender sí hemos aprendido, lo malo es que parece que lo hemos olvidado...
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Han pasado 75 años y no hemos aprendido nada. Se multiplican los actos, las declaraciones más o menos pomposas y los intentos de utilización de las víctimas con fines partidistas y electorales. Somos incapaces de sentir desde el silencio, respetar la memoria. Tampoco somos capaces de frenar el renacimiento del lenguaje del odio, los actos de antisemitismo y el alza de las extremas derechas 2.0, primas hermanas de los fascismos de los años 30 del siglo pasado.
Aprender sí hemos aprendido, lo malo es que parece que lo hemos olvidado...
Ahora son los judíos los verdugos.